domingo, 11 de febrero de 2018

Músculo barato: una comida rica en proteínas para todos los bolsillos

Últimamente la gente parece más preocupada de qué suplementos tomar que de esforzarse, basta con hojear cualquier revista especializada para constatar esta triste realidad. El suplemento dietético estrella, la niña de los ojos de cualquier Especimen que se precie es la proteína en polvo; ya sea procedente de suero de leche (la más común), aislada de productos cárnicos o de origen vegetal (no te bastaba con ser un Especimen, tenías que ser un Especimen VEGANO) los batidos de proteínas son la forma de aportar un plus a la dieta para construir el tan codiciado Músculo.
Pero ¿Qué pasa cuando eres pobre como una rata y no quieres fundirte los cuartos en un bote de aislado hidrolizado de proteína de suero? Pues que yo, que al igual que tú no tengo un puto duro, te cubro las espaldas con una receta que pondrá kilos de carne alrededor de tu esqueleto. Vamos a hacer llorar a Joe Weider...

CHILI CON CARNE ESTILO FERROTE

Según Wikipedia el chili con carne es: «(...)una sopa espesa y bastante picante. Los ingredientes principales que la caracterizan son carne (de cerdo o res) o soja texturizada en su versión vegetariana, chile y frijoles». La cosa suena bien ¿No? Pues hoy os voy a dar la receta de mi versión particular del chili, cargado hasta los topes de proteínas y tan picante que vomitaréis fuego y cagaréis lava.

INGREDIENTES

  • Una cebolla grande
  • Un pimiento morrón
  • Dos o tres pimientos italianos
  • Una lata pequeña de tomate triturado
  • Medio kilo de carne (Puedes usar pollo, mezcla de cerdo y ternera, carne para estofar o la que te dé la gana)
  • Dos botes de alubias rojas cocidas 
  • Sal al gusto
  • Vino blanco
  • Dos cucharaditas de orégano
  • Una cucharadita de azúcar
  • Una cucharadita de comino molido
  • Una cucharadita de ajo en polvo (o un diente de ajo)
  • Una cucharadita de guindilla en polvo
  • Una cucharadita de perejil
PREPARACIÓN

En una olla echamos un chorro generoso de aceite de oliva y rehogamos las verduras picadas mezcladas con las especias. Cuando veamos que la cebolla se pone transparente añadimos un vaso de vino blanco y removemos mientras añadimos los dos botes de alubias (líquido incluido) y la lata de tomate; esperamos a que comience a hervir, momento en el cual bajamos el fuego y esperamos a que reduzca. Cuando el guiso haya evaporado parte del agua y esté algo espeso añadiremos la carne. Ahora solo tenemos que remover, tapar y dejar que se haga a fuego lento.

Este guiso tiene un par de aportes proteicos en forma de carne y alubias; si queréis conseguir volumen lo podéis comer mezclado con arroz blanco. Otra variación interesante es añadirle, una vez hecho, jalapeños en escabeche bien picados.
La gracia de un buen chili es que pique, motivo por el cual suelo tener una botella de salsa a mano; mi opción personal es la valentina etiqueta negra: tiene un sabor muy agradable y es fuerte. Si tienes un presupuesto mayor, Psycho Juice ofrece salsas para verdaderos suicidas; son caras pero merecen la pena.
Un cuenco de chili con pollo, arroz y jalapeños en rodajas. En este caso no lleva las alubias pero conviene añadírselas: son proteínas extra.

En total y tirando por lo alto, esta cantidad de chili da para cuatro raciones abundantes (sin contar el arroz) por un coste aproximado de 18€ lo que nos indica que un cuenco de chili rebosante de proteínas cuesta cuatro euros y medio; el coste de una hamburguesa de mierda con patatas y refresco. Ahí lo tienes: prepara chili, sírvelo en el cráneo de tus enemigos y levanta hierro mientran invitas a las compañías de suplementos a que te chupen la polla, a ver si sabe a vainilla. ¡Dadle duro, gente!


jueves, 16 de noviembre de 2017

Strength Wars: de frikis del gym para frikis del gym

De chaval me dediqué a practicar karate durante años. Mis compañeros y yo pensábamos que era lo puto mejor, técnicas creadas en el japón feudal para defenderse de agresores armados, oh sí menudas pajas mentales nos hacíamos... Por supuesto, tanto en internet como en la vida real había los típicos "debates" de mi-estilo-es-mejor-que-el-tuyo y de solo-puedo-usarlo-en-situaciones-de-vida-o-muerte. Así estaban las cosas cuando de pronto las artes marciales mixtas hicieron su aparición y (nos) dieron a muchos una tremenda hostia de realidad.
Bueno, una lluvia de ellas la verdad.

El caso es que al soltar a muchos luchadores de diferentes estilos bajo las mismas reglas, que en los primeros tiempos de la UFC eran más bien pocas, quedó claro qué era práctico y qué no. Pero la gente, amigos míos, no cambia y si hay una cosa que guste a personas de lo más variopinto por igual es ir a internet a soltar mierda.

Quién se iba a imaginar que esto no era tan letal como me dijo mi maestro...

Pues en internet nos encontramos todas las variantes de discusión de tarados. La de las artes marciales sigue vigente por supuesto y otra muy extendida es la de comparar modalidades de entrenamiento a ver cuál la tiene más larga: culturismo, powerlifting, calistenia... ¿Y si hubiera una UFC del entrenamiento para enfrentar métodos y que los bocachanclas de internet aprendiesen algo para variar? Pues la hay.
Hágase la luz.

Strength Wars es un programa de YouTube en el que atletas de diferentes disciplinas compiten para medir sus habilidades. La estructura es sencilla: se enfrentan dos oponentes en un circuito en el que deben hacer una serie de repeticiones de varios ejercicios (normalmente tres distintos) siguiendo un orden determinado. El primero en completarlo gana.
El programa en sí está muy logrado: la intensidad de las pruebas es brutal, cada deportista lleva consigo un séquito de compañeros de fatigas que lo animan como sargentos de instrucción y la música de fondo es tralla pura. Por si fuera poco, el maestro de ceremonias que presenta esto parece un fulano venido del mismísimo Valhalla a repartir estopa.

Este es el angelito...

Al final el personal seguirá escribiendo idioteces en internet pero si os tocan mucho la moral siempre podéis retarlos a participar o incluso crear vuestro propio Strength Wars particular con los colegas. Y recordad: la patada de la grulla solo le funcionó a Daniel-San porque aquello era una puta película.








lunes, 6 de noviembre de 2017

Ejercicios para la excelencia: El paseo del granjero


En estos últimos años se repite dentro del mundo del fitness un término que seguramente hayáis oído: funcional. La filosofía subyacente a toda esta moda del ejercicio funcional se resume en que la mejora de tus capacidades físicas se notará en actividades de tu vida diaria, ya sea ayudando a un colega con la mudanza, cargando las bolsas de la compra o exterminando a un oso pardo con tus propias manos.

Para lograr la tan ansiada fuerza funcional los gurús del fitness recomiendan el uso de objetos aparatosos como sacos de arena, sogas, bloques... y la industria del ejercicio no se ha hecho de rogar: ¿Para qué llenar un saco con arena hasta el peso deseado cuando puedes comprar un saco de cuero con asas y el logo de alguna marca estampado en él? (Eso sí, no muy pesado, no vaya a ser que alguien se lesione). Todo esto se traduce en una gigantesca oferta de juguetes carísimos y de ejercicios estúpidos (alguno rayando en lo suicida) que nos venden con la etiqueta de funcional.

No tengo palabras para describir esto.


Todo este rollo nos lleva al tema de hoy; un ejercicio que implica varios grupos musculares, pondrá nuestro corazón al tope de pulsaciones y convertirá nuestras manos en garras de acero: el paseo del granjero.

Aquí tienes a una chica que hace más esfuerzo en una sesión del que hace el 90% de socios de un gimnasio en toda su vida.


El ejercicio es simple: colocamos dos objetos pesados (un par de mancuernas, por ejemplo) en el suelo, los levantamos como en un peso muerto y echamos a andar. Podemos hacerlo por distancia o bien por número de pasos, así de simple. A la hora de caminar debemos mantener la espalda recta y la vista al frente, también conviene evitar los cambios bruscos de trayectoria.

Mi elección personal para este ejercicio: un par de mancuernas ajustables; económicas y versátiles.

Un par de rondas con un peso decente bastan para darse cuenta del tremendo potencial de este ejercicio: caminar cargando peso hace trabajar a los músculos estabilizadores de la cadera, los abdominales deben mantenerse tensos para dar soporte al tronco mientras que la musculatura de la espalda y la de los antebrazos sujetan el peso. No es casualidad que este ejercicio sea muy popular en las competiciones de fuerza.

Jon Pall Sigmarsson demostrando quien es el jefe.

Como en muchos ejercicios, se puedes usar asas de seis o más centímetros de diámetro lo cual se traduce en más fuerza de agarre que a su vez os hará mejores en cualquier ejercicio en que intervengan las manos.

Y eso por no mencionar la impresionante imagen que ofrecen unos antebrazos desarrollados.

Así que ahí tenéis un ejercicio completo y simple para añadir a vuestros entrenamientos. Ahora de vosotros depende darle caña.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Un regalito

Como ya se acercan las navidades Papá Ferrote quiere dejaros un regalo. Hoy os voy a mostrar un ejercicio sencillo, práctico y que podéis hacer el cualquier parte. Yo lo llamo la rana por la posición que adoptas:

Un día de estos te vas a matar, artista.


Esta postura se utiliza en yoga y gimnasia para desarrollar el equilibrio necesario en movimientos más avanzados. Aparte de eso este ejercicio ayuda a desarrollar fuerza en los hombros, en los dedos (vais a tener que utilizarlos para mantener el equilibrio) y en los músculos de la región lumbar y la faja abdominal, esos que ahora los pedantes llaman core.

Se trata de una posición sencilla aunque no lo parezca. En primer lugar debéis agacharos hasta quedar en cuclillas, con ambas manos apoyadas en el suelo y los codos en contacto con la cara interna de las rodillas.
Desde ahí solo hay que inclinarse hacia delante hasta que los pies se separen del suelo. Esto puede resultar algo complicado al principio pero con un poco de práctica lo dominaréis rápidamente.
Una ves que estáis en posición hay que mantener el equilibrio, esto se consigue con las manos: si veis que os estáis inclinando demasiado hacia delante, clavad las puntas de los dedos en el suelo para contrarrestar el impulso. Si el problema es que vuestros pies quieren volver a tierra firme inclinaos suavemente hacia delante mientras relajáis la tensión de los dedos.

A modo de consejo final me gustaría recomendar a aquellos que tengan mascotas, que se aseguren de que no se pueden acercar mientras hacen este ejercicio. De lo contrario es probable que acabéis en la clásica pose de yoga conocida como "El Talegazo".

Cuando ya sepáis mantener la posición centraos en aguantar un minuto. Para aquellos a los que les resulte demasiado fácil dejo un vídeo con distintas variaciones de la rana:


Así que ya sabéis: ¡Si se trata de entrenar el no poder ir al gimnasio no es excusa!

sábado, 6 de diciembre de 2014

Brooks Kubik: El Dinosaurio.

¡Hola a todos! Hoy os voy a presentar a alguien de quien puede que hayáis oído hablar: el dinosaurio en persona, Brooks Kubik.

Con un par de mancuernas.

Hace ya unos años, cuando era aún más ignorante que ahora en temas de entrenamiento, me tropecé con un libro, Dinosaur Training, cuyo autor proponía una forma de entrenar basada en ejercicios compuestos como la sentadilla, el press banca, el peso muerto o la arrancada. Su autor, Brooks Kubik, explicaba que estos ejercicios están cayendo en desuso debido a la proliferación de gimnasios "comerciales" y nuevas modas de entrenamiento que en muchos casos son inútiles cuando no contraproducentes. Su respuesta es volver a entrenar con los ejercicios de antaño (De ahí lo de "Dinosaurio"). El libro en cuestión no solo está lleno de información útil, sino que además es extremadamente divertido, así que cuando terminé de leerlo decidí informarme un poco más sobre su autor.

Lo que este hombre hace es entrenar duro. MUY duro. Su método se basa en ejercicios que implican varios grupos musculares y grandes cargas para conseguir la máxima fuerza. También utiliza mancuernas pesadas para realizar levantamientos complejos.
Aparte de entrenar con pesas tradicionales, también es conocido por hacer levantamientos con objetos tales como barriles, sacos de arena, troncos e incluso un yunque (Sí, habéis leído bien).



Recientemente, aparte de las pesas, Brooks ha publicado una serie de libros y vídeos acerca de entrenamiento sin peso, centrándose en flexiones, dominadas, fondos y otros ejercicios de este tipo, al fin y al cabo, si algo es útil, hay que aprenderlo.

Pues bien, si queréis algo más de información aquí tenéis su blog y si tenéis la oportunidad de conseguir una copia de Dinosaur Training os recomiendo que no la dejéis escapar, se trata de un libro imprescindible.

"There's more to life than training, but training is what puts more in your life." - Brooks Kubik



viernes, 5 de diciembre de 2014

Barras anchas

Como ya mencioné en mi entrada sobre Alexander Zass, cualquiera que desee aumentar su fuerza debe prestar mucha atención a las manos y los antebrazos, ya que suelen ser un punto débil que puede ralentizar nuestro progreso o incluso hacernos sufrir una lesión.
Existen muchos ejercicios que nos pueden ayudar a fortalecer nuestro agarre, las dominadas y los pesos muertos son un ejemplo, pero fue leyendo el genial libro "Dinosaur Training", de Brooks Kubik, cuando encontré la primera referencia al entrenamiento con barras anchas. Para los que no sepan a qué me refiero se trata de una barra tal que así:


Impresionante ¿No?. La idea ya viene de antiguo y he de decir que se trata de algo a tener en cuenta. Cuando el diámetro de la barra o asa que agarramos es lo bastante grande para no dejarnos cerrar la mano del todo, los músculos que intervienen en la flexión de los dedos se ven obligados a hacer un esfuerzo mayor, con el consiguiente desarrollo. Una cosa que noté al comenzar fue que tenía que bajar el peso en los ejercicios para poder hacerlos correctamente y al terminar de entrenar mis antebrazos ardían. Este entrenamiento es especialmente interesante para deportes como el jiu-jitsu, el judo, la escalada o la vela, en los cuales unas manos fuertes son importantes.

Un hermoso par de pesas antiguas. Nótese el ancho de las barras.

Ahora bien: una rápida búsqueda en google nos va a confirmar que estas barras no solo son una rareza; también son extremadamente caras, cuestan una pasta y si vas al gimnasio no es cuestión de cargar con una barra del copón desde casa. Mi solución a ese problema consistió en comprarme un par de fundas de goma (No voy a decir marcas) que se ajustan a la mayor parte de barras de entrenamiento. Son resistentes, cómodas y hay varias medidas disponibles.


Aún así el precio suele ser algo elevado (unos treinta euros) y habrá gente que no quiera o no pueda pagarlos. Por suerte he encontrado varias páginas que muestran como fabricar este equipamiento en casa y por una fracción de su precio.

 

Pues eso, espero que os haya gustado la entrada de hoy y que probéis este entrenamiento.
Abajo os dejo un enlace a la página de Ross Enamait, un gran deportista. Está en inglés pero en el índice temático vais a encontrar muchos tutoriales para fabricar equipamiento casero. ¡Fácil, barato y para toda la familia!


miércoles, 3 de diciembre de 2014

¿Para qué lo haces?

Vaya por delante que yo no soy ningún prodigio. Me gusta entrenar y siempre trato de mejorar aunque solo sea un poco, pero tengo mucho por aprender. En esta época en que vivimos, el ejercicio se ha vuelto muy popular. La gente lo practica como pasatiempo, para cambiar su aspecto, para conservar o mejorar su salud, recuperarse de una lesión o rendir mejor en algún tipo de actividad física.
En muchas ocasiones hablando con gente a la que conozco poco o nada, ha salido el tema del deporte y en la mayoría de los casos ha dado pie a conversaciones interesantes y agradables, se aprenden cosas nuevas y se ven las que ya se saben desde otro punto de vista.
Sin embargo no todo el monte es orégano, amigos. Más de una vez hablando sobre este tema me han hecho una pregunta que sin duda a muchos de vosotros os sonará:

"¿Para qué lo haces?"

Toma ya. No siempre te lo dicen así, la cosa puede variar dependiendo del figura que pregunte, pero casi siempre oirás una interminable perorata acerca de que el ejercicio intenso provoca lesiones, que sería comprensible para un deportista profesional pero no para ti, que si los gimnasios esto, que si las pesas lo otro... chorradas varias, en fin.
"Todo ese ejercicio acabará pasándote factura. Te lo digo yo, chaval."

Normalmente la pregunta no alberga mala intención: mucha gente oye algo de pasada, se lo cree y la ignorancia hace el resto; sin embargo, en algunos casos tu interlocutor está intentando decirte de forma indirecta que lo que tú haces es una estupidez y francamente, eso me cabrea. Entiendo que cada uno de nosotros tiene unos intereses diferentes y no comprenda como pueden gustarle ciertas cosas a otras personas, pero si lo disfrutan y no perjudican a los demás ni a sí mismos ¿Porqué habría de ser estúpido?
Nunca entenderé la pasión por la numismática, la cría de canarios o el pasodoble, no forman parte de la idea que tengo de pasar un buen rato, pero si a ti te gusta ¡Adelante!. No es estúpido ni una pérdida de tiempo, nuestras aficiones forman parte de nuestra vida: gracias a ellas aprendemos, progresamos, nos sentimos realizados y orgullosos de nuestros logros.

Pero siempre aparecerá el imbécil de turno con una sonrisilla de suficiencia preguntándonos para qué lo hacemos. Esta gente es verdaderamente digna de lástima porque si no comprendes como otro puede sentir auténtica pasión por algo es que no hay nada que te apasione a ti y eres tan mediocre que aspiras a que la gente que te rodea sea igual: un montón de inútiles apáticos que solo saben criticar a quien se esfuerza.

Pues bien, yo entreno porque me encanta: durante el tiempo que paso haciendo ejercicio olvido mis preocupaciones, me siento satisfecho cuando consigo avanzar y conquistar una meta, conozco a gente nueva e interesante y además es bueno para mi salud. Me puedo lesionar, claro, pero son gajes del oficio.
Basado en hechos reales.


Así que ya sabéis, si alguna vez os hacen esa pregunta la respuesta es sencilla: lo hago porque lo disfruto. Da lo mismo que sea deporte, literatura, música de acordeón o taxidermia. Lo verdaderamente penoso es pasar por la vida sin haber disfrutado realmente con algo.