En estos últimos años se repite dentro del mundo del fitness un término que seguramente hayáis oído: funcional. La filosofía subyacente a toda esta moda del ejercicio funcional se resume en que la mejora de tus capacidades físicas se notará en actividades de tu vida diaria, ya sea ayudando a un colega con la mudanza, cargando las bolsas de la compra o exterminando a un oso pardo con tus propias manos.
Para lograr la tan ansiada fuerza funcional los gurús del fitness recomiendan el uso de objetos aparatosos como sacos de arena, sogas, bloques... y la industria del ejercicio no se ha hecho de rogar: ¿Para qué llenar un saco con arena hasta el peso deseado cuando puedes comprar un saco de cuero con asas y el logo de alguna marca estampado en él? (Eso sí, no muy pesado, no vaya a ser que alguien se lesione). Todo esto se traduce en una gigantesca oferta de juguetes carísimos y de ejercicios estúpidos (alguno rayando en lo suicida) que nos venden con la etiqueta de funcional.
No tengo palabras para describir esto. |
Todo este rollo nos lleva al tema de hoy; un ejercicio que implica varios grupos musculares, pondrá nuestro corazón al tope de pulsaciones y convertirá nuestras manos en garras de acero: el paseo del granjero.
Aquí tienes a una chica que hace más esfuerzo en una sesión del que hace el 90% de socios de un gimnasio en toda su vida. |
El ejercicio es simple: colocamos dos objetos pesados (un par de mancuernas, por ejemplo) en el suelo, los levantamos como en un peso muerto y echamos a andar. Podemos hacerlo por distancia o bien por número de pasos, así de simple. A la hora de caminar debemos mantener la espalda recta y la vista al frente, también conviene evitar los cambios bruscos de trayectoria.
Mi elección personal para este ejercicio: un par de mancuernas ajustables; económicas y versátiles. |
Un par de rondas con un peso decente bastan para darse cuenta del tremendo potencial de este ejercicio: caminar cargando peso hace trabajar a los músculos estabilizadores de la cadera, los abdominales deben mantenerse tensos para dar soporte al tronco mientras que la musculatura de la espalda y la de los antebrazos sujetan el peso. No es casualidad que este ejercicio sea muy popular en las competiciones de fuerza.
Jon Pall Sigmarsson demostrando quien es el jefe. |
Como en muchos ejercicios, se puedes usar asas de seis o más centímetros de diámetro lo cual se traduce en más fuerza de agarre que a su vez os hará mejores en cualquier ejercicio en que intervengan las manos.
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